lunes, 7 de enero de 2019

Despertar



Me sumerjo en la oscuridad de la noche,
bajo un cielo sin luceros,
sin estrellas, sin luna.

Mi corazón impulsa mis pasos
a través de un sendero que mis ojos no vislumbran
pero mi alma ansía.

A medida que avanzo se dispersan mis temores
y mis sentidos se sumergen en un mar de sensaciones
que los agudizan.

Y así, en medio de la nada,
en la oscuridad absoluta,
seducida por el silencio vuelvo a sentirme viva.

Mi alma evoca mi esencia más primitiva,
germinando en mi interior delicadas semillas
que se encontraban dormidas.

Mi corazón resplandece… La oscuridad se disipa.

jueves, 25 de octubre de 2018

La Voz De Mi Reflejo




Julieta era una bella joven que se sentía perdida y desorientada, vivía sumergida en una profunda e inexplicable tristeza, no era capaz de expresar sus emociones sin que en sus azules ojos afloraran incontrolables lágrimas. Su belleza y dulzura eran opacadas por un halo de tristeza que eclipsaba el brillo de su mirada; como las nubes grises ocultan el brillo del sol en el invierno.

Un día, ya cansada de mirar toda esa oscuridad abrumando su ser, decidió sofocar el último vestigio de fuego que mantenía viva su hoguera; y así, empecinada en cumplir sus deseos, planeó sumergirse en las heladas aguas del río para ahogar definitivamente su exiguo fuego.

Busco su mejor vestido, peinó su largo cabello, se miró al espejo y se dijo: “Esto es lo mejor que puedes hacer, este pobre fuego ya no es capaz de iluminar tan inmensa oscuridad”.

En ese momento escucho una dulce voz que le pregunto: ¿Realmente crees que es tu mejor opción?

Angustiada y a la vez intrigada Julieta pregunto ¿Quién eres?

A lo que la voz respondió: Yo soy quien soy; en cambio puedes tú decir quién eres.

Julieta asombrada se percato de que era su reflejo en el espejo quien le hablaba; atónita, sin poder creer lo que veía, con voz entrecortada respondió: Yo soy Julieta.

La voz de inmediato replico: te llamas Julieta, pero ¿quién es Julieta?

La chica se quedo en silencio, no supo que contestar, realmente nunca había pensado en qué era lo que definía a Julieta, luego de recapacitar largo rato miro su reflejo y respondió - No lo sé. Y con solo pronunciar esa frase sus ojos se convirtieron en una cascada de aguas cristalinas, y es que, por primera vez, el alma de Julieta que durante mucho tiempo había estado prisionera en la oscura mazmorra de la tristeza se desahogaba.

-La voz inquirió ¿Cómo esperas poder ser feliz si ni siquiera sabes quién eres?

-Julieta, sintiendo un fuego abrazador que invadía todo su ser le gritaba: Yo soy Julieta.

-La voz continuaba preguntando: pero, ¿Quién es Julieta? ¿Qué es lo que hace a Julieta, Julieta?

Julieta como un volcán a punto de hacer erupción por un momento pensó en romper el espejo. Y la voz, como que tuviera el poder de leer su mente, le dijo: ¿Crees que acabando conmigo resolverás algo?

-Tal vez, respondió Julieta blanqueando los ojos.

-La voz agregó: si huyes de ti misma, cómo pretendes que otros quieran estar a tu lado.

-Julieta desesperada solo le gritaba: no sé, no lo sé, de verdad no puedo ver quién soy, solo sé que siento este nudo que ahoga mi garganta, que es como un frasco de amargo veneno que se va derramando gota a gota dentro de mi ser.

-La voz repitió: ¿Veneno?

-Julieta: sí, veneno; que roba mis fuerzas, opaca y enturbia la luz de mis días.

-La voz: y, ¿cómo llego allí ese veneno que te ocasiona tantas vicisitudes?

-Julieta: no sé bien, no sé como llego allí, pero es como un vacío enorme, se ve como un gran agujero negro que no puede llenarse con nada.

-La voz: ¿has intentado llenarlo?

-Julieta: sí, muchas veces, pero sólo consigo hacerlo más grande.

-La voz: ¿crees haber usado el relleno adecuado?

-Julieta se mantuvo absorta en sus pensamientos, y luego de un profundo suspiro, pregunto: ¿Cómo puedo saber qué relleno es adecuado?

-La voz: podrías probar preguntándote ¿en qué parte de mi ser siento ese vacío?. Trata de escuchar los susurros de tu cuerpo, observa si ese vacío tiene alguna forma.

-Julieta siguió los consejos de la voz de su reflejo, cerró los ojos y se sumergió en lo más profundo de su ser, dándose permiso de sentir, escuchar y ver todo lo que su ser quisiera revelarle... De repente, un huracán de emociones con fuertes ráfagas de vientos despejo su cielo y en medio de toda esa excitación dijo a la voz: por primera vez puedo ver lo que hay en él, veo unas grandes raíces que emiten un aullido de dolor ensordecedor, están muriendo lentamente porque yo olvide que estaban allí, olvide cuidarlas y regarlas. Mirarlas me hace sentir oprimida, agobiada, siento un vacío que duele en lo más profundo de mi vientre, es como un frío que a la vez quema. Yo, soy el fruto de esas raíces que había dejado en el olvido.

Los ojos de Julieta parecían un manantial del que no paraba de brotar agua. Continuó diciendo, ahora lo miro claramente, como iba a poder florecer si mis raíces están muriendo, cómo puedo dar frutos al mundo si mi fuente de vida se está marchitando porque yo elegí no mirarla y nunca reconocí ni agradecí la vida que me obsequiaron. A partir de hoy las regare y alimentare con todo este amor y esta gratitud que siento fluir en mí.

-La voz: Ahora, ¿puedes ver quien es Julieta?

-Julieta se limpió los ojos y con serenidad respondió: sí, Julieta soy yo, soy una maravillosa flor que agradece a sus raíces por permitirme florecer y ser capaz de obsequiarle al mundo mi belleza, aroma y sanas semillas que darán origen a nuevas flores.

Oyendo esto, la voz del reflejo en el espejo asintió y dijo: Gracias Julieta, porque yo soy esa parte de ti que hasta ahora habías mantenido cautiva, a partir de este momento comenzamos a ser una y podemos florecer juntas.

Desde ese momento la vida de Julieta cambió, recobró el brillo de su mirada. Cada día cuidadosamente regaba y alimentaba sus raíces con amor, gratitud y dedicación, presenciando como revivían y se hacían más fuertes, lo que la llenaba de gran vitalidad y la hacía sentirse bendecida por los rayos del sol y agradecida por todos los regalos que ahora podía legar al universo.

-FIN-



viernes, 19 de octubre de 2018

Vive El Momento




A veces avanzamos tan a prisa que olvidamos que la vida es un instante. Nos levantamos y encendemos el piloto automático y consumimos horas como autómatas, sin apreciar nada, perdiéndonos la oportunidad de vivir, dando por sentado que nos queda mucho tiempo, dejando tantas cosas para más tarde. Estoy segura de que si se detienen un momento y tratan de recordar cuándo fue la última vez que disfrutaron de un atardecer, y no hablo del día en que tomaron una foto maravillosa y la publicaron en sus redes sociales, hablo de ese momento en que se detuvieron y se conectaron con ese instante, sin pensar en nada mas, mirando el cielo colorearse de un degradado de tonalidades naranja, sintiendo el calor del sol, llenos de gratitud por poder apreciar tanta majestuosidad, envueltos por un silencio absoluto donde nada más existe, creo que a muchos les sorprendería su respuesta.

Y así como nos cohibimos de disfrutar de un atardecer hacemos lo mismo con tantos instantes, hemos creado el habito de preocuparnos por cosas que jamás llegan a ocurrir y lo peor es que no solo nos preocupamos sino que nos volvemos pregoneros de nuestro temores, usamos nuestras redes sociales para publicitar todo tipo de información que anuncia caos, catástrofes, carencias, muchas veces sin corroborar la veracidad de esa información, porque lamentablemente para muchos vivir en medio de esa zozobra se ha convertido en la única forma de vida conocida.

Pienso sinceramente que si los seres humanos viniéramos al mundo con fecha de vencimiento viviríamos cada día con un propósito, dejaríamos de ir por ahí atormentándonos con pensamientos y pronósticos macabros, nos concentraríamos en disfrutar cada instante, agradecidos por cada latido, por cada respiración, por tanta belleza que nos ha sido obsequiada.

Algunas personas a veces me preguntan cómo hago para mantenerme optimista, para mantenerme alejada del caos; pues debo confesar que no siempre fue así, viví mucho tiempo dormida, conectada a la matrix, tal como mucho de ustedes, pero vivir así solo me mantenía agotada, deprimida, con una racha de situaciones, que según mi apreciación de entonces, eran desafortunadas. Un día abrí los ojos y me percate que muchas de esas cosas por las que llevaba hasta más de 20 años temiendo aun no habían acontecido y eso despertó mi curiosidad, comencé a mirar en retrospectiva y decidí hacer una lista de todas esas predicciones que me aterraban y que aún no se habían cumplido… ¡Waoooo! descubrí que aun hasta tenía miedo de que un cometa acabara con el planeta, desde los 80, cuando se genero toda aquella campaña mediática con el cometa Halley; me percate que llevaba gran parte de mi vida aterrada por perder a mi padre que aún vive y la lista era realmente larga. Fue duro ver y aceptar que todas esas “situaciones desafortunadas” las estaba creando yo desde mis miedos, yo era la única responsable de mantenerme sumida en un martirio. En ese momento, por primera vez hoy a mi voz interior, quien me dijo “eso es cierto, lo que quiere decir que también tienes el poder de salir del agujero en que te encuentras”, ese día decidí quemar aquella lista como un gesto simbólico para que mi mente entendiera que era hora de comenzar a soltar el control, y me dije a mi misma: “mi misma si realmente un cometa decidiera impactar contra la tierra mañana crees qué preocupándote hoy podrás evitarlo”, la respuesta, obviamente fue un NO.

Y así empecé a bajarle volumen a comentarios negativos, deje de reenviar y leer cadenas fatalistas, ya evitaba la sección de sucesos de la prensa (la cual antes era mi favorita), y comencé a ver la vida como un ejercicio de fluir y soltar, así cuando me encuentro frente a una situación que me genera malestar o conflicto me pregunto ¿es esto algo que puedes cambiar? Si mi respuesta en “No” entonces me queda claro que debo soltar y dejar fluir, a veces hay resistencia porque debemos estar conscientes que muchas de esas situaciones acontecen en nuestras vidas para reforzar nuestro sistema de creencias, pero debemos confiar en que sí es posible, debemos enfocarnos en reconocer y respetar el derecho a SER de quienes nos acompañan en este transitar, aceptar y reconocer que formamos parte de un todo, totalmente conectados, lo que hacemos o damos a otros nos lo hacemos y damos a nosotros mismos. Y recordar constantemente que la vida es un instante, y que por no tener fecha de vencimiento no sabemos en qué momento estaremos escribiendo nuestro epilogo, así que vive cada día desde ese ser maravilloso, perfecto, armonioso, abundante y lleno de amor que eres, bájale volumen y quítale brillo a todo lo que vibre distinto a la esencia de tu SER.

Todo lo que no está ocurriendo justo ahora simplemente no existe

lunes, 17 de septiembre de 2018

Susurros del Alma



Sutil melodía que embriaga mis sentidos y marca el rumbo de mi vida.
Notas de sabiduría que comunican a cada una de mis células
abundancia, perfección, vitalidad y armonía.

Susurros de un alma antigua que se encontraba dormida,
que hoy despierta y con voz angelical me anuncia
que hemos sido, somos y seremos parte de una fuente divina.
Fuente donde abunda la magia y las posibilidades son infinitas,
como infinito es el amor que nos crea y nos dota de vida.

Su canto me indica que existo más allá del tiempo y espacio,
que puedo vibrar en una frecuencia donde el ego se disipa,
donde no existe el miedo y soy capaz de erigir maravillas en mi vida.
Donde todo es gratitud, amor y sincronía.

El lugar donde siempre he existido aun cuando no lo perciba,
pues solo cuando exploro la grandeza de mi ser soy libre
para percibir la mágica melodía que el alma me susurra.

Solo en ese instante puedo acceder
 a esa extraordinaria fuente de donde mana la vida.
Donde danzo, vibro y resueno
inspirada por la alegría de sentirme inmensamente viva.

viernes, 14 de septiembre de 2018

La Última Promesa


El anciano encontró la llave en un cajón del clóset mientras recogía las cosas de su difunta esposa para donarlas a la caridad. Estaba guardada en un cofre de plata junto a las arras que le había entregado el día de la boda, la nostalgia le invadió, no pudo contener las lágrimas, ráfagas de recuerdos cruzaron por su mente en ese instante.

Esa llave, que su esposa siempre guardaba con gran recelo, abría la puerta de una hermosa cabaña a orillas de un lago que él le había obsequiado por su primer aniversario de bodas, y desde entonces había sido su refugio secreto, el lugar donde escapaban para disfrutar a plenitud de la magnificencia de su amor.

El anciano tomó su chaqueta, se subió al coche y condujo hasta aquel lugar. Al llegar su cuerpo se estremeció, con las manos temblorosas abrió la puerta, encendió el fuego de la chimenea, se sentó en el sofá y comenzó a recordar lo feliz que había sido junto a aquella gran mujer, con quien había compartido 45 años de su vida y que ahora había partido dejando en su alma un vacío enorme que no sabía cómo llenar. No tenía ni la más remota idea de cómo hacer para vivir con la ausencia de quien durante todo ese tiempo había sido su amiga, su amante, su confidente, su apoyo, su único y gran amor. Y aunque estar en ese lugar le hacía sentirse más cerca de ella; ya que en cada rincón, en cada detalle, en cada objeto podía sentir la presencia de su amada, eso no le daba consuelo a su alma.

Se levanto del sofá y se dirigió a la cocina por algo de beber. Grande fue su sorpresa al mirar en la puerta de la nevera sujeto con imanes un sobre que decía: “Amado Juan, sé que vendrás aquí”. El anciano arranco el sobre y lo abrió desesperadamente, encontrando una carta de puño y letra de su mujer donde le escribía:

Amor de mi vida, hoy descubrí que me tocará partir de éste mundo antes que a ti; aunque siento una enorme tristeza porque sé que mi partida te ocasionara un gran dolor, debo confesarte que mi alma se siente aliviada, porque el mayor temor que tuve toda mi vida fue que llegara el día en que tuviera que aprender a vivir sin ti.
Espero que aceptes la decisión de Dios como yo lo he hecho, pues realmente me siento muy agradecida con él por haberme concedido la dicha de conocerte y ser feliz a tu lado durante todo este tiempo. No permitas que el dolor de perderme sea más grande que tu fe.
Mi corazón se queda contigo y te acompañará hasta el último día de tu vida, así que debes prometerme que encontraras la forma de volver a sonreír, que dejaras de lado la tristeza, te reconectaras con la alegría y disfrutaras a plenitud los años que te queden de vida. Este es mi último deseo y la última promesa que le harás a tu esposa.
Amado Juan sólo si me prometes cumplir con esto yo podre descansar en paz.
Eternamente tuya…
Helen
El anciano apretó la carta fuertemente contra su pecho y entre lágrimas dijo: en nombre de nuestro inmenso amor, amada mía, te lo prometo.

martes, 11 de septiembre de 2018

La Chamana Mágica


En una pequeña aldea, ubicada a orillas de un bosque mágico, vivían un grupo de jóvenes guerreros que habían olvidado por completo los dones que les fueron obsequiados por el universo.

Estos guerreros parecían no encontrarle sentido a la vida, con sólo mirarlos podía percibirse un halo de tristeza, era como si la energía de su aura hubiese comenzado a apagarse, como si la alegría, cual ave en invierno, hubiese emigrado de sus corazones.

Pero un día, llego a la aldea una mujer llamada Atenea, quien comenzó a decir a todos los habitantes que en lo más profundo del bosque mágico existía una gran Chamana, poseedora de una sabiduría ancestral, conocedora de los ciclos de la vida, un espíritu de luz, un ser mágico, con una mirada penetrante y una voz de terciopelo que acaricia el alma.

Una mujer capaz de enseñarte a sanar cualquier herida, una mujer que logra enfrentarte con tus peores temores, que con su sabiduría te guía y te ofrece recursos para que salgas victorioso de las batallas más peligrosas a las que puede enfrentarse el ser humano, esas batallas que tienen lugar en lo más profundo de tu ser.

Los jóvenes guerreros empiezan a escuchar todos esos comentarios hechos por Atenea y comienzan a sentir que en sus corazones vuelve a brillar un poco de esperanza, se preguntan a sí mismos si será verdad todo lo que dicen, si realmente existe esa mujer tan sabia y si podrá ayudarlos a reencontrarse con esa parte de ellos, que aunque no pueden recordar, sienten que les hace falta.

Así cada uno de ellos, por separado, acuden a Atenea y le piden que les indique como pueden contactar con ese ser mágico del que ella tanto habla. Atenea les indica que el camino no es fácil, que al adentrarse en el bosque mágico su determinación será puesta a prueba y que probablemente no todos lo lograran, que el camino hacia la Chamana es un camino duro, en el que nuestro peor enemigo podrá llegar a ser nosotros mismos.

Al oír esto algunos guerreros desanimados deciden no emprender la búsqueda; pero otro grupo conformado por Artemisa, Kasandra, Urano, Ágata, Freya, Dana y Electra, deciden unirse para adentrarse en lo más profundo del bosque mágico en busca de la Chamana.

Al llegar a la entrada del bosque lo primero que ven es un letrero que cuelga de un árbol, donde se lee la siguiente inscripción:

«Si no sabes lo que quieres ¿Cómo vas a saber dónde buscar?»
            
Los jóvenes se miraron unos a otros y confundidos, por primera vez en mucho tiempo, comenzaron a preguntarse a sí mismos ¿qué era lo que realmente querían?; ¿qué era eso que los movía a abandonar su comodidad para emprender ese viaje hacia lo desconocido?... Y esperando encontrar respuesta a esas interrogantes se adentraron en el bosque.

Agotados luego de haber caminado un día entero, deciden parar y buscar un lugar para acampar y descansar. Artemisa, haciendo gala de su arte preparo para los guerreros un festín digno de los Dioses, pareciera que las mismas hadas se hicieron presentes para ayudarla a crear los manjares más exquisitos del mundo.

A la mañana siguiente los guerreros despertaron con el alba, decididos a emprender la búsqueda nuevamente.

Freya comienza a dudar de que realmente exista ese ser mágico y empieza a aflorar en ella un miedo que la hace cuestionarse, ensimismada y totalmente taciturna se aísla del grupo sumergiéndose en un mar de pensamientos y recuerdos que la llevan a divagar entre la ira y el desconsuelo.

Mientras tanto, el resto del grupo no logra ponerse de acuerdo sobre qué rumbo tomar, Artemisa, Urano y Ágata insisten en que era preferible quedarse en casa. Dana iracunda les grita a todo pulmón que hagan lo que quieran, total da igual estar o no estar, parar o continuar.

Electra interviene y señala a una mujer que se acerca a través del bosque, Kasandra se acerca, la mujer dice llamarse Armonía, todo el grupo se acerca a conocerla.

Armonía haciendo honor a su nombre transmite serenidad, su voz es suave y melodiosa, se asemeja al trinar de los pájaros. Ella le asegura a los guerreros que la Chamana si existe, que ella ya ha tenido el honor de conocerla y de recibir su ayuda, que la razón por la que se encuentra en el bosque es porque está en su búsqueda nuevamente, porque la majestuosidad de la Chamana es tal, que una vez que la conoces no te puedes alejar.

Kasandra y Dana preguntan al unísono: ¿Dónde exactamente podemos encontrarla?

Armonía respondió: sólo cuando logren descifrar lo que su corazón busca la podrán encontrar… Y así sin más volvió a desaparecer en el bosque.

Los jóvenes guerreros se sentaron alejados unos de otros, en completo silencio, por segunda vez desde que emprendieron la búsqueda comenzaron a pensar que era eso que su corazón añoraba.

Kasandra, quien vivía sumergida en el mar de la ambición, empezó a darse cuenta que a su corazón le faltaba esa magia indescriptible que la hiciera vibrar, esa pasión que sólo enciende el fuego del amor, ese amor puro que nace en lo más profundo del ser, y sintió que por sus mejillas, como perlas, se deslizaban las lagrimas; aunque hasta ahora muchas lagrimas había derramado podía sentir que este llanto era distinto, cada gota que brotaba de sus ojos parecía venir de lo más profundo de su alma.

Por su lado Electra lucha con sus propios demonios, sintiéndose indigna de disfrutar del amor más puro que pueda existir en el planeta, sin darse cuenta que cada palabra dicha y cada pensamiento han sido necesarios, como necesario es aceptar sin reproches; errar, aunque cueste creer, es lo que nos hace ser humanos.

Ágata, oculta bajo una falsa serenidad, se atormenta pensando qué necesita hacer para como un pájaro poder volar.

Urano y Artemisa, siempre muy cercanos, se lamentan juntos cual víctimas de un depredador salvaje; aunque en el fondo saben que pueden sus corazones liberar, siguen eligiendo vivir como esclavos.

Dana, se refugia en su coraza con la creencia de que nada necesita y está protegida de cualquier daño externo, sin darse cuenta de que lo que realmente lastima ya está dentro.

Al fin el sueño llega… los guerreros, caen rendidos en medio de la incertidumbre y el miedo que les produce lo que han descubierto. A la mañana siguiente un olor a flores les despierta, al abrir los ojos encuentran ante ellos a una mujer que irradia una gran belleza, esa belleza que viene del alma y que hechiza con solo mirarla.

La Chamana con voz de ángel los saluda y les dice, el mejor regalo que les puedo dar dentro de ustedes mismos lo podrán encontrar. Solo puedo señalarles lo siguiente:

Artemisa: si ya sabes lo que quieres y lo que te apasiona solo tienes que aferrarte a ello. Si lo que has hecho hasta ahora no te hace feliz es porque insistes en tus deseos reprimir.

Urano: cuando la comodidad nos mantiene aferrados a alguien o algo es imposible que suceda un cambio.

Ágata: a veces creemos que el mundo no puede vivir sin uno y nos negamos a ver que es uno quien no quiere vivir sin el mundo.

Freya: frente a un espejo podrás ver a una gran mujer, llena de dones y creatividad que solo ella se resiste a aceptar. Abre tus brazos y abraza a esa maravillosa mujer que la vida ha esculpido tan perfectamente.

Kasandra: esos defectos que insistes en ver solo el amor los puede desvanecer. Decir “NO” es necesario, cuando es la única forma de mantenernos a salvo.

Dana: si un recipiente está lleno es imposible que entre algo nuevo. La casa has de limpiar si a la alegría quieres dejar entrar. Saca todo lo que no es útil y date el permiso de renovar.

Y a ti Electra, debes tener presente que lo que no expresamos nos resiente. Para con la culpa poder luchar lo primordial es aceptar. Mientras las emociones enmascaramos la cura no la encontramos.

A todos jamás olviden que son seres únicos e irrepetibles, que el amor los acompañe, aquí estaré siempre para guiarles. Dicho esto la Chamana desapareció entre la niebla del bosque.

Los jóvenes guerreros regresaron a la aldea, con las ideas en orden y un aura renovada, decidieron poner en práctica los sabios consejos de la Chamana… Al cabo de unos meses los cambios ya afloraban:

Artemisa feliz estaba y con su arte el paladar de los habitantes deleitaba, disfrutaba la libertad que brinda hacer lo que amas.

Urano seguro de sí mismo, lleno de salud y libre al fin, disfrutaba todo lo que la vida le obsequiaba.

Ágata radiante, sin rencor ni miedos, se dedica a ayudar a otros a alcanzar sus sueños.

Freya emprendedora y segura, su prosperidad asegura. Ahora se permite brillar, perdonar y amar.

Kasandra al fin sin reproches se puede mirar y ahora está libre para a otros amar.

Dana se encuentra renovada y llena de frescura. Recibir un abrazo ya no es una tortura. Ahora ligera de carga disfruta del placer de estar viva.

Electra ha aceptado lo que su alma ahogaba, al perdonarse su corazón ha liberado. Ya libre de culpa disfruta a plenitud del maravilloso regalo que arrullan sus brazos.

En todos existe un sentimiento colectivo que es el agradecimiento a ese ser divino, regalo de Dios para quien se siente perdido. Gracias Chamana por todo lo aprendido.

-Fin-

lunes, 10 de septiembre de 2018

El Ocaso de Mónica



Luego del funeral Mónica decidió alejarse de la ciudad. En medio del desasosiego y el inmenso pesar que le ocasionaba la pérdida de su madre, lo que menos le apetecía era permanecer en un lugar atestado con luces de colores, villancicos y un empalagoso espíritu navideño.

Llegó a casa, cambió su elegante vestido negro por jeans, suéter y botas, subió a su coche y, sumergida en un trance que le impedía sentir, condujo sin detenerse hasta una hermosa cabaña a orillas del lago Lemán.

Era un lugar fascinante, sumergido en el silencio, donde se respira aire fresco con ligero aroma a pino. El trinar de las aves acaricia tus oídos y tu vista puede deleitarse con mágicos atardeceres que dan la ilusión de que el sol descansará sumergido en las azules aguas del lago.

Al bajar del coche, Mónica sucumbió a la tristeza, como si hasta ahora se hiciera consciente de la realidad. Su madre lo era todo para ella y, desde que le detectaron el tumor, Mónica no había dejado aflorar ninguna emoción que pudiera desalentarla, desde ese momento reprimió su llanto y se transformó en su motivadora personal, siempre alegre y cargada de optimismo.

Ahora todo había terminado, ambas perdieron su batalla contra el cáncer y el dolor e impotencia contenida salía a la superficie como la devastadora lava de un volcán, siniestrando cualquier vestigio de esperanza que encontrara a su paso.

Como pudo, entró a la cabaña y se acurrucó en el sofá junto a la chimenea. Sus lágrimas brotaban sin control, sentía una enorme opresión en el pecho, el dolor le estaba desgarrando el alma. Y es que a esta hermosa mujer de sólo 30 años la muerte parecía no darle tregua, como si cual amante celoso conspirara para arrebatarle todo lo que ama.

Con sólo 3 años de edad perdió a su padre, quien jamás volvió de la guerra. Su hermano mayor pereció en un accidente aéreo volviendo a casa para navidad cuando ella sólo contaba con 16 años. Hace sólo 4 años su esposo y su único hijo murieron en un accidente de coche mientras regresaban a casa para sorprenderla con un regalo por su cumpleaños y, en este momento, el cáncer acababa de arrebatarle la vida de su madre.

Se sentía abrumada y tremendamente cansada de vivir sólo para superar las pérdidas de aquellos a quienes amaba. Su vida estaba signada por la tragedia, la muerte y su guadaña parecían ser sus leales compañeras.

Se levantó y se miró en el espejo como si intentara hurgar en lo más profundo de su ser para encontrar una explicación a su desdicha, pero sólo veía el reflejo de una mujer taciturna y aturdida.

Sacudió la cabeza como queriendo deshacerse de esa imagen y se fue a la cocina, abrió la mejor botella de vino que encontró y se dirigió hacia el apacible lago.

Al sentir la fría arena bajo sus pies descalzos experimento un fuerte escalofrío, aun así continuó avanzando hasta adentrarse lentamente en las heladas aguas, ignorando a su acelerado corazón y sus temblorosos músculos que parecían gritarle que saliera de allí porque corrían peligro. A pesar de que cada vez le era más difícil controlar sus piernas prosiguió avanzando hacia lo más profundo, hasta que su acelerada respiración disminuyó y el latido de su aterrorizado corazón se volvió imperceptible.

En ese último instante, pálida, inmóvil, rígida, sus recuerdos más felices junto a sus seres amados continuaban proyectándose en su mente como una película.

Así, mientras el sol se ocultaba en el horizonte, Mónica sumergida en las azules aguas del Lemán se despedía de su exigua y atormentada vida.

-FIN-