lunes, 3 de septiembre de 2018

Y para ti qué es ser feliz


    Expresar lo que sentimos es quizás una de las cosas más difíciles a la que nos enfrentamos en nuestro transitar por este mundo, incluso desde antes de nacer hemos sido condicionados a callar y a ocultar nuestros pensamientos y emociones, ya sea para ser aceptados o para no herir la susceptibilidad de quienes nos rodean.

    Es como que el hecho de permitirnos ser nosotros mismo, y manifestarnos al mundo tal y como somos fuera un pecado mortal. Nos han vendido la idea que es más importante ser aceptados que felices. Así hemos aprendido a enclaustrar nuestra esencia, nuestros dones, eso que nos hace únicos, en pro del bienestar colectivo.

    Lo irónico es que vamos por la vida pregonando que deseamos ser felices, pero alguna vez se han preguntado qué es para ustedes ser felices, muchos de nosotros ni siquiera podemos definir en una frase que es lo que nos hace felices y así vivimos en automático, odiando muchos aspectos de nuestra vida pero sin hacer nada por cambiar nuestra realidad. Lo que más asusta es que a pesar de que todos tenemos claro que nuestro paso por esta vida es transitorio, qué según la ciencia el promedio de vida de una persona es de 76 años, vivimos como que tuviéramos todo el tiempo del mundo, es como si nuestro cerebro, cual padre sobreprotector, decidió en algún momento protegernos de esta realidad.

    Ahora bien, imagínense por un momento que le dieran la noticia de que van a morir en 24 horas y que ustedes mismos deben escribir su obituario, qué dirían, cómo describirían su paso por este mundo, qué legado dejarían. No se ustedes, pero hoy me puse a reflexionar lo que diría el mío y termine aterrada, me pareció que aún hay muchísimas cosas que me gustaría hacer, decir, sentir. Di gracias a Dios por tener la oportunidad de realizarlas y comprendí que al final de mi vida me encantaría que mi obituario dijera algo así: “Vivió libre de condicionamientos, amando y agradeciendo cada instante de su vida, brindando sus dones al mundo, dejándose sorprender, en resumen, siendo feliz”.

    Realmente creo que el gran trabajo que nos toca hacer a cada uno de los seres humanos que habitamos este planeta es librarnos de las pesadas cadenas del condicionamiento colectivo y despertar a nuestra propia realidad, reconectarnos con nuestra más pura esencia, donde podemos ser nosotros mismos, sin juicios, sin miedos, sin apegos, ser libres…. Porque a partir de hoy cada vez que me pregunten que es para mí ser feliz podré responder con total convicción: ser feliz es vivir en libertad, disfrutando y amando todo cuanto existe en este mundo, pero sin apegarme a nada; inhalando y exhalando, confiando en que Dios confabula a cada instante para proveerme todo cuando requiero para plasmar mi legado en esta vida. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario